San Felipe - El pasado domingo 13 de marzo subieron varios arrieros y comuneros de El Asiento a revisar con más detalle el desastre en su amado bosque nativo. La verdad es que lo que encontraron superó con creces la imaginación. Si bien la buena noticia es que sólo 37 ejemplares de Ciprés Cordillerano fueron quemados y algunos otros chamuscados, el grueso de los árboles milenarios sobrevivió y la huella del fuego muestra que pasó cerca de 20 o 30 metros de los sobrevivientes de estas laderas.
Debemos recordar que este bosque relicto, es un remaneciente de una realidad vegetal muy distinta de nuestro valle del Aconcagua, de al menos 14 mil años atrás, cuando la glaciación comenzaba a retroceder y nuestro valle tenía un bosque tupido y húmedo muy parecido al bosque valdiviano de hoy.
Carlos Farías, conocido representante de la serranía de El Asiento, contaba con lágrimas en los ojos lo sucedido, ya que además de la pérdida de 36 animales entre bovinos y equinos, el bosque esclerófilo en sí, está totalmente arrasado en una escena que impacta para quien lo conoció antes, exuberante en quillayes, peumos, litres y maitenes, entre otros.
Por su parte, Pedro Leiva pidió que las autoridades hagan trabajos de contención y limpieza de cauces porque a su juicio, con lo suelta que quedó la tierra, una buena lluvia podría provocar aluviones.
Sin embargo comienzan a salir a la luz aristas que deben ser investigadas. Una de ellas es que el origen del foco no fue la zona de pic nic ni zona de árboles frondosos sino más abajo, al costado del camino en un área que era más bien de colliguay y matorral bajo. Por otra parte, Carlos Farías manifestó a las grabaciones del Programa televisivo Senderos, que él intentó subirse al primer carro de bomberos que acudió pero se le fue denegada su intención, ante lo cual el carro, sin guía, erró el camino internándose hacia la mina, donde tuvo que dar la media vuelta y en esa acción perdió casi 40 valiosos minutos, llegando cuando ya el pequeño foco estaba descontrolado quebrada arriba.
Cabe destacar esta situación no es aislada, sucedió en el rescate del infortunado joven Esteban Videla a comienzos de este siglo cuando perdió la vida ahogado en la laguna El Copín y sus rescatistas, del GOPE de Carabineros, tuvieron la intención de subir en helicóptero siendo que se les dijo que no se lo permitirían en la cordillera después de las once de la mañana debido a los vientos. Rechazaron unos animales que el municipio ya había arrendado para aproximarlos y no pudieron volar al final, retrasando el rescate del cuerpo del joven en más de 24 horas. Y sucedió hace poco con el joven andinista muerto en el Cajón de la Laja en Jahuel, donde se perdió valioso tiempo para encontrarlos porque tampoco se coordinó, en un principio, el rescate con cualquier lugareño, conocedor de la zona. Sistemas operativos que deberán estudiarse ya que es fundamental seguir los concejos de los lugareños en estas situaciones.
Roberto Mercado Aced