
Aconcagua - Muchos niños experimentan algunos temores comunes como el miedo a la oscuridad a la hora de dormir y el miedo a quedarse solos en determinadas situaciones, entre otros. En el caso de los más pequeños muchas veces surgen sobresaltos provocados por su propia imaginación, relacionados con monstruos u otros seres irreales.
En general, a lo largo de la infancia, todos los niños van transitando distintos tipos de miedos que poco a poco desaparecen cuando son más grandes. Esto es algo normal que no debe preocupar en exceso a los padres, siempre y cuando no se presenten problemas serios y prolongados como fobias y ataques de ansiedad. Para saber cómo enfrentar este tipo de situaciones, brindamos 7 consejos que servirán a los adultos al momento de ayudar a sus hijos.
1. No retarlos
Es muy importante no culpar a los niños por sufrir miedos por más que nos parezcan totalmente irracionales. No debemos regañarlos ni hacerlos sentir peor de lo que ya lo están haciendo. Además, es recomendable no burlarse ni ridiculizarlos ya que esto atentará contra su seguridad personal y será contraproducente. Lo mejor será entender que tienen que vivir un proceso, y en todo caso acompañarlos en ese camino, colaborando con ellos para que comprendan que no están solos.
2. Comunicarse con los niños
Además de no retarlos, es aconsejable que los padres se acerquen a sus hijos todo lo que puedan y que dialoguen con ellos sobre lo que les está ocurriendo. La idea es que se sientan acompañados y en confianza para poder expresar a qué cosas le temen y por qué.
3. Enfrentar juntos los miedos
En la misma línea de los puntos anteriores, una vez sabidos cuáles son los temores a enfrentar, una buena idea es trabajarlos en familia. Por ejemplo, si tienen miedo a los monstruos, pueden buscar caricaturas de los mismos y colorearlas de formas graciosas, o utilizar Internet para jugar juegos de terror que los diviertan, y así lentamente se irán familiarizando con estas imágenes y les perderán el miedo.
4. Buscar diferentes herramientas
Mientras estos temores estén presentes, habrá que buscar estrategias para enfrentarlos. Por ejemplo, enseñarles técnicas para pensar en cosas lindas, respirar profundo para relajarse y ayudarlos a entender que no corren ningún tipo de peligro real.
5. Trabajar sobre la seguridad personal
Muchas veces, por no saber cómo actuar, los padres terminan sobreprotegiendo a los niños y en vez de solucionar el problema lo empeoran. Sin dejarlos solos, es necesario trabajar para que ellos aprendan a desenvolverse de manera independiente, incentivarlos a salir a jugar y vincularse con otros niños, y así mejorar poco a poco su seguridad personal.
6. Consultar a un especialista
Si los miedos son recurrentes y ninguna estrategia funciona, es importante saber que es posible recurrir a la ayuda de algún psicólogo o psiquiatra. Si el caso es muy severo, esto servirá para que un profesional evalúe la situación y encuentre el tratamiento adecuado.