Calle Larga - Junto con manifestar mi más profunda indignación por la matanza de perritos en la localidad de El Pedrero, comuna de Calle Larga el día martes 8 de octubre de este año 2019, que refleja el nivel al que puede llegar la maldad del ser humano al atentar contra la vida de estas inocentes criaturas, creo pertinente alzar la voz y ponernos en pie de guerra contra los asesinos que a la usanza de métodos de exterminio masivo se creen con la libertad de tomar la vida de los demás y matar de la forma más violenta en que se puede eliminar a un ser vivo.
La mayoría de los agrotóxicos son de muy fácil acceso en nuestro Valle de Aconcagua debido a la actividad económica preferentemente agrícola, permite que muchas personas puedan adquirirles y manipularlos. Se trata de venenos muy potentes y que en mamíferos superiores al igual que insectos y arácnidos actúan a nivel del sistema nervioso central, provocando signos muy violentos: descoordinación, angustia, dolor muscular, contracciones violentas de la musculatura, dificultad respiratoria, vómito, diarrea, convulsiones y finalmente paro respiratorio y paro cardiaco, todo en completa conciencia del animal, ellos sufren todos los dolores terribles que provocan estos venenos antes de producirse la muerte.
En la noche del día martes fatídico, a las 22:30 horas, aún luchábamos en nuestra consulta profesional por salvarle la vida al último de los sobrevivientes “Botita”, corríamos de un lado a otro afirmándole para poder diagnosticar y tratar de hacer algo por su vida que se nos escapaba, su mirada de espanto, de no entender qué es lo que le pasa, su salivación abundante nos mojaba a todos, con disnea y alteración cardíaca, temblores musculares que hacían presagiar lo peor, rápidamente tomé un frasco de atropina y con una jeringa le apliqué 2 ml intramuscular en su muslo, le dolió y se resistió, seguían sus ojos muy abiertos de espanto, sigue sin entender lo que le pasa, ya había visto la muerte en 8 de sus hermanos y otros perritos que habían sucumbido en la Matanza de El Pedrero. Que habían muerto en medio de horribles convulsiones, asfixiados en su propia saliva y ese atroz dolor muscular que es capaz de fracturar un hueso.
Le aplico un sedante y relajante muscular, ¡no sé si lograré salvarle! me angustio, mientras las voluntarias de Pro Animal Calle Larga me preguntan esperanzadas si se va a salvar, las miro y no digo nada, en realidad no lo sé, tomo nuevamente el frasco de atropina y nuevamente le aplico una nueva dosis intramuscular, las voluntarias y personal de mi equipo afirman a “Botita” muy fuerte para poder inyectarle, él se resiste, a los minutos logramos el efecto esperado. Se relaja y disminuyen los signos de la muerte, esos que son producidos por la peor de las bestias, nosotros mismos, los seres humanos. Espero que hoy “Botita” haya salvado su vida. De los 11 perritos que estaban en el hogar temporal los asesinos mataron a 8, mientras que 2 están desaparecidos y “Botita” el sobreviviente, aún lucha por su vida en este mundo cruel.
Ahora entiendo que el Infierno sí existe y está en nosotros mismos.
Me acaban de informar que uno de los desaparecidos fue hallado muerto en El Pedrero.
"Botita" aún sigue vivo.
Por Mario Méndez Allendes
Médico Veterinario
Licenciado en Medio Ambiente